No hay fórmula mágica ni receta para traducir, pero sí hay consejos que se pueden dar y unas cuantas cosas que tener en cuenta para pulir nuestra traducción.
1. Cuando calculéis el tiempo que necesita la traducción de un texto, no os olvidéis de calcular también el tiempo de revisión. La revisión importa.
2. Pasar el autocorrector al texto no resta profesionalidad, al contrario. Nos advierte de pequeños gazapos que se nos han colado y cosas que no hemos visto y que desmerecen nuestra labor si el cliente lo pasa y piensa: «Ja, el autocorrector es mejor».
3. Los espacios dobles afean mucho un texto y saltan a la vista más de lo que creemos. Antes de entregar la traducción, buscadlos y erradicarlos, es muy fácil hacerlo con «Buscar y remplazar».
4. Es muy útil tener una lista de los errores que solemos cometer inconscientemente para revisarlos después de traducir: espacios dobles, palabras que van juntas o separadas y nos empeñamos en tergiversar, etc.
5. Leer tranquilamente el texto es casi tan importante como revisarlo. Leedlo con ojos de lector y si algo os suena raro y vosotros no lo diríais así, cambiadlo, sin ninguna duda.
Podéis encontrar más consejos para pulir traducciones en #tradunsejos y #traduconsejos ;)
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